Argumento: Esta es una historia de amor, de sueños y de vida. La de Valentina. La chica que no sabía que tenía el mundo a sus pies, la que creció y empezó a pensar en imposibles. La que cazaba estrellas, la que anhelaba más, la que tropezó con él. Con Gabriel. El chico que dibujaba constelaciones, el valiente e idealista, el que confió en las palabras «para siempre», y creó los pilares que terminaron sosteniendo el pasado, el ahora, lo que fueron y los recuerdos que se convertirán en polvo.
Opinión: De los libros que he leído de Alice Kellen, El chico que dibujaba constelaciones se convirtió en mi favorito y dejó en segundo lugar a El día que dejó de nevar en Alaska. Algo que veía impensado.
Valentina y Gabriel, nuestros protagonistas, conforman una pareja que nos muestra sus altos y bajos, algo que me enamoró desde un comienzo. Esa historia sencilla con situaciones propias de la vida se ganó un pedacito de mi corazón, y es que encontré aquí una infinidad de nostalgia, ternura, amor y descubrimiento.
Quiero parar un poco en el protagonista Gabriel, lo amo, punto xD. Alice siempre me entrega personajes masculinos que me hacen querer sacarlos de las páginas. Aquí Gabriel siempre aporta y es divino de leer (en mi caso), porque no es un hombre perfecto, pero casi. En cuanto a Valentina, ella no se queda atrás, amé su evolución, su crecimiento, todo en ella me recordó las posibles historias de nuestras madres o abuelas, fuertes y reflexivas.
Para mi fue un gusto leer por fin El chico que dibujaba constelaciones, libro que precisamente compré en la firma que Alice Kellen realizó en Concepción, Chile. Lo consideré una señal xD.
Insisto en que si aman las historias sencillas, de vida, les encantará este libro, el cual recorre el camino de esta pareja que se ama genuinamente y que se complementa tan bien que se siente bonito leer sobre ellos. Como dije por ahí, una pareja ideal, más no perfecta.
Abrazos,
Pauli.
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